Toc toc!

Buenas tardes señor/señora, ¿tiene un momento para hablar sobre religión? Si es tan amable, le agradecería mucho que leyera esto.

No sé si es la adolescencia, donde por lo general buscamos cambiar e innovarnos a nosotros mismos, pero realmente son muy pocos los adolescentes que no se cuestionan su religión, sea cual sea. En mi caso, fui bautizada, hice la comunión y confirmación y todo eso bajo la religión católica cristiana. Cuando me bautizaron, tenía meses de vida, no tenía manejo ni conciencia de mis acciones, y menos podía dar mi opinión. Cuando hice la comunión, tenía como 9 años supongo, y lo que me decían, ya sean sermones u oraciones, las repetía como loro. A los 11 años, hice la confirmación, ni la pensé, simplemente obligada a hacerlo, y ni cuestioné eso, simplemente lo hice; aunque de todas formas, creo que en ese momento no podría haber elegido.

El año pasado, tenía 15 años, me declaraba "atea".

Ahora? No sé bien para qué lado tirar xD. Porque, tengo concepciones asumidas del catolicismo en general, que sería la teoría del alma la principal. Por otro lado, no puedo denominarme atea porque, creo en que hay alma. No puedo declararme en ninguna de las ramas del catolicismo, porque no creo en dios, ni en una virgen, ni en jebus (jaja). Estoy particularmente interesada en lo que se denomina "paganismo". Se le denomina "pagano" a todas las creencias anteriores a las creencias que entrarían en el cristianismo. ¿Por qué paganismo? Bueno, creo en que son las fuerzas de la naturaleza las que manejan el mundo, apoyo que se fomente la armonía en el día a día entre todos (seres vivos y ambiente). ¿Por qué no paganismo? Porque necesito informarme más... De todas formas, es complicado.

A la par, me encanta todo lo que es ocultismo, me cautiva muchísimo :) aunque me digan que es todo totalmente irreal, no me importa, yo creo en varias cosas ocultistas.

En fin, ¿ustedes tienen fe ciega como para no cuestionarse nada de su religión? Si la tienen, los admiro por un lado, y por otro no comprendo como pueden entregar su cerebro de esa forma, sin cuestrionar nada sólo por confirmar todo con fe ciega.