Hoy me encuentro en uno de esos días en los que necesito un trago; no soy una persona que vive tomando, ni que todos los fines de semana se junta a tomar, pero estoy considerando seriamente en comprarme una botella de vodka y tenerla a mano para estas ocasiones.
"Fumar causa cáncer" decía la advertencia del paquete en el suelo, mientras yo dejaba caer las cenizas en el balcón, con la ventana medio abierta y la mano afuera para no dejar entrar el humo. Me vendría bien uno más, y uno más, y uno más... Creo que eso es lo malo de ocultarlo, no puedo hacerlo sin estar escondiéndome.
Una noche de invierno, que más bien pareciera de otoño, fresca pero no fría, despejada y obscura: perfecta para irse. No tengo a dónde irme, y es desesperante saber eso; en realidad, tengo a dónde, pero no quiero compañía, quiero irme sola. No ha pasado nada en realidad que me provoque un estado tan "somnoliento", tan lleno de vacío. No sé.