-¿De nuevo llegaste a éste punto, no Taty?
-Si, pero planeo dejarlo...
-¿Dejarlo? No me hagas reír, siempre decis lo mismo, siempre terminas haciendo lo mismo, va a ser mejor que te saques la careta
-¿De qué careta me estas hablando? Yo soy como soy con todas las personas, siempre, y no quiero cambiar eso
-Sabes bien a lo que me refiero, andas por la vida diciendo "estoy bien" cuando en realidad en tu interior pasa todo lo contrario
-...
-Estúpida chica, llena de cicatrices, de auto-decepciones, de oscuridad, tristeza y enojo; sólo eso sos, y siempre que estás cambiando un poco, volves a lo mismo, sos un bumerang, un patético bumerang...

Con una charla similar entre mi mente y yo, comienzo el domingo. De nuevo ése sentimiento de autodestrucción, de asco a mi persona, me levanté sintiéndome y viéndome horrenda, gorda, defectuosa. Carajo, otra recaída, no quiero hacer lo que hago siempre, pero al final se ha convertido en costumbre, y es difícil no entregarse a la costumbre.

A partir de éste martes arranco con el gimnasio, como no voy a tener clases y voy a poder ir a la mañana en esa semana, le voy a pedir a mi hermano (que esta trabajando ahí) que me haga y me ayude con alguna rutina.

Y no, no me interesa lo que me diga un número en una balanza, me parece un sinsentido guiarte por un número; lo que me interesa (y molesta) es el cómo me siento con mi cuerpo, el cómo me veo a mi misma me interesa. Y en éste momento no me siento ni me veo bien a mi misma u.u . Tampoco quiero que se transforme nuevamente en una obsesión, porque he llegado a comprender que ninguna obsesión es sana; quiero estar bien y el verme y sentirme mejor con mi cuerpo va a aportar mucho en ello.

Hablando de obsesiones, debo admitir también que me enloquece ver bien marcadas las clavículas en la piel, queda super delicado a mi parecer, y los huesos de la cadera :B pero antes que nada, quiero estar bien, el resto son caprichos.